Orígenes y celebraciones

El foie gras puede presumir de una larga y prestigiosa historia. Los primeros vestigios de su fabricación se remontan a la época del antiguo Egipto, 3.000 a. de C.. Los egipcios habían observado la bulimia de ciertas aves antes de su migración y su capacidad natural para almacenar grasas en el hígado.

Por ello, reprodujeron la técnica de la alimentación asistida en animales domesticados. Esta técnica se extendió a lo largo de la historia, especialmente en la Grecia antigua y en el Imperio Romano. Después de la caída del Imperio Romano, esta tradición perduró en las comunidades judías que solían reemplazar la mantequilla con grasa de oca para cocinar su carne. Los judíos extendieron posteriormente la producción de foie gras en Francia, especialmente en Alsacia, así como en Hungría y a lo largo del Danubio con las migraciones de judíos de Bohemia. Debido a que la alimentación de las palmípedas se basa en el maíz, las granjas de foie gras se han extendido gradualmente en las zonas donde se ha desarrollado el cultivo de este cereal, como en el suroeste de Francia.

El foie gras se ha convertido así en un producto gastronómico tradicional cuya producción está estrechamente vinculada a la identidad culinaria de algunos países miembros de Euro Foie Gras. Por lo tanto, en Francia el foie gras es reconocido como parte de Patrimonio Cultural y Gastronómico protegido»y en Hungría el hígado de oca ha obtenido la distinción»Hungaricum» que se atribuye a los productos únicos a los que los húngaros otorgan un gran valor.

Contribuyendo a la influencia culinaria de Europa, el foie gras también está vinculado con la identidad de varios territorios. En Hungría, la Fiesta de la Oca se celebra el día de San Martín, que marca el final de la temporada de vendimias y el comienzo del invierno. Otros ejemplos en Francia: el Fest’Oie, organizado cada año en la ciudad de Sarlat para celebrar la oca del Périgord, el festival regional del foie gras de la ciudad de Phalsbourg junto a Estrasburgo. Estas celebraciones aúnan tradición, cultura, patrimonio, convivencia, placer y compartir.